11 septiembre, 2014

Enterrarte.


Mi cara salada.
Siento que llevo días llorando.
Me metí a la ducha para que el calor del agua me calmara y salí con los ojos más hinchados y llorando más que antes.
Este llanto desesperado.
Anhelante.
Largo y tempestuoso.
Cómo decirte que es de ti.
Cómo decirte que esta desesperación es por ti.
No te tengo aquí, cómo decirte.
No quiero enterrarte.
No quiero enterrarte.
Pero por sobretodo, no quiero enterrarte pensando que me faltó tiempo.
Que te desperdicié cuando te tuve.
Cuando tuve el tiempo y yo no estuve.
No quiero, me parte el alma.
Estoy tratando de recoger los pedazos y pegarlos para decírtelo.
Ven conmigo.
Ven aquí conmigo.
Vuelve conmigo.
No quiero que me falte tiempo.
Quiero estrujarte entera.
Todo tu tiempo, todos tus días, minutos y segundos.
Quiero todo.
Ven conmigo, dámelo todo.
No quiero que me falte nada.
No quiero enterrarte pensando que no te dije cosas.
No quiero enterrarte pensando que pude estar contigo.
No quiero enterrarte pensando que no te quise más.
No quiero, por favor.
Dámelo todo, por favor, no se lo regales a la tierra.
Cómo decirte que eres más que lo que eres.
Cómo decírtelo, no te tengo acá.
Ven conmigo, dámelo todo.
No quiero enterrarte.

02 septiembre, 2014

Sangre.


Esta sangre tan espesa y lenta que corre por mis venas.
Grita y empuja pero le cuesta pasar.
Este corazón cansado.
Tiene frío.
Manos frías y frente ardiente.
Se da vueltas en la noche y se queda en vela gritando.
Palpita por todas partes.
Quiere escaparse.
Grita, empuja, salta y corre.
Esta piel no quiere que la toquen.
Todo le duele.

Deja de hacer eso.
Deja de mirarme, me quema.
Cada vez que pasa siento un choque eléctrico.
Me da la corriente.
No puedo dejar de mirar.
No puedo, pero tu sí.
Deja de mirarme.
Deja de quemarme.