25 diciembre, 2012

Decepción.


Estoy profundamente decepcionada de ti.
Muy decepcionada.
Siempre te he apoyado.
En todo.
Incluso cuando muchos no lo hicieron y creían que eran estupideces.
Yo siempre estuve allí.
Pero ahora me encuentro con que no has aprendido nada.
No te atreves a seguir ningún impulso propio, sólo sigues los ajenos.
No tienes conciencia ni discernimiento propio lo suficientemente adiestrado para poder valerte individualmente.
Ahí te quedaste y no te moviste.
No tienes intenciones de hacerlo tampoco.
Realmente me decepciona y enardece.
Te inunda la flojera.
¡Hazte responsable!
¡Despierta de una vez!
¿Dónde crees que vives, en una burbuja?
¡Por favor!

08 diciembre, 2012

Gravedad.


En estos momentos todas las cosas están flotando en el aire.
Flotando, esperando concretarse en algo para caer al suelo.
Incluyéndote a ti.
Hasta el momento has pasado desapercibido, has cubierto tus pasos tras de ti muy cuidadosamente, pero yo me encargaré de resolver todo antes de irme.
Sí que lo haré.
Ya tengo todo muy claro desde hace mucho.
Creo que tú no lo sabes.
Pero, de nuevo, yo sí lo sé.
Pista por pista voy descubriendo cosas que ni me imaginaba.
Caras vemos, pero corazones no conocemos.
No te basta.
Siempre quieres más.
Aún así, no me preocupa.
Todo se paga en vida.
Y esto no es una de esas cosas que quedan sin saldar.

Voy a seguir.
Voy a hacerlo todo hasta el final.
Voy a descubrirlo todo.
Todo quedará a la luz.

Todo caerá por su propio peso.
Porque yo voy a traer la gravedad que hace falta.

30 noviembre, 2012

Cerrado.


Silencio.
1.  2.  3.
Nada.
¿Acaso piensas lo mismo que ella?
Que ella.
Ella, que dice todo tan cordialmente.
Y de deja en el aire mucho más de lo que dice.

Odio caminar a mi casa ahora.
De ida o de vuelta.
No puedo evitar voltear la cabeza y buscar lo que no está.
Todo está cerrado.
Me gusta cuando las cortinas están cerradas.
Así sólo pienso que estás durmiendo.
Pero cuando están abiertas...

25 noviembre, 2012

Limbo.


Abro.
Cierro.
No, no eso.
Vuelta.
Abro.
Cierro.
Tampoco.
Abro.
Entonces, ¿qué?
Tú sabes muy bien qué.
Sabes exactamente lo que quiero ver.
Sabes exactamente lo que quiero soñar.

No quiero seguir soñando estas estupideces.
Nada sale como me lo pintan aquí.
Nada.
No tiene sentido seguir dándome vueltas en la cama, buscándole el hilo al sueño que nunca voy a soñar.
No suelo soñar cosas así.
Porque no suceden.
Me percato muy fácilmente de que es un sueño, y... pronto se acaba.
Puedo escribir un guión de eventos interminables que nunca ocurrirán, con diálogos que nunca me dirás y sentimientos que nunca tendrás.
Pero siempre será sólo un sueño.

Estas sábanas me tienen atrapada en el limbo.
No me van a soltar fácilmente, y no ceden ninguna noche.
Ahora todo parece dar lo mismo.
Cualquier cosa me llevará al mismo resultado.
Una y otra vez.
Caeré eternamente allí.
Donde nada de esto ocurre.
Y donde tengo que fingir que no me he dado cuenta aún.
¿Me tienes aquí pagando por algo?
¿Es cierto lo que todos dicen?
Quizás, si.
Pero no puedo admitirlo.
Si lo hago, tendré que volver a abrirlos y cerrarlos.
Si lo hago, tal vez no pueda abrirlos.
Si lo hago, tal vez no pueda despertarme.





18 noviembre, 2012

Indefendible.


La gente tiene la mala costumbre de ir por la vida justificando los malos momentos de los demás.
No hay que defender lo indefendible.
Nunca, bajo ninguna circunstancia.
Sus arrebatos, berrinches y estupideces.
No, es que tuvo una mala semana.
Estaba pasando por un momento difícil.
Estaba bajo mucha presión.

Están tan ciegos por el rayo de ilusión y perfección que emanan los demás que no ven la realidad.
Cómo no se dan cuenta de algo que está aplaudiéndoles en la cara.
Las personas son personas.
Y las personas no cambian.
Toda esa porquería de que la gente cambia con el tiempo es una falacia.
La gente es igual siempre.
La única diferencia radica en que tenemos distintas ocasiones y oportunidades frente a las cuales se nos es posible demostrar otras facetas que no siempre ven la luz del día.
Esa es la gran diferencia.
No porque no veamos esas facetas siempre significa que no las tenemos en nosotros.
Nos sorprendemos viendo cosas que no sabíamos podíamos ser, cuando lo que debería sorprendernos es que no sabíamos que las teníamos en nosotros y que eventualmente podían surgir.
Es muy distinto.
No intentemos imaginar cómo alguien que pensábamos conocer tan bien se convirtió en un imbécil de la noche a la mañana.
Sólo intentemos comprender que todos podríamos llegar a ser igual de imbéciles si las circunstancias se presentan.
Por eso, nunca hay que decir nunca.




04 noviembre, 2012

Terca.


Absolutamente, sin lugar a dudas.
Pude verlo tan claramente en sus ojos cuando sostuvo mi mirada que casi pude tomarlo con mi mano.
Insistía en que lo mirara, pero a cada momento me cohibía más y más.
Gracias a Dios no me sonrojo.
Con ella tuvimos un asunto bastante peculiar.
Le hablaba bien sobre mí, pero insistiendo en que no era su intención agasajarme.
Aún así, lo hizo.
Sabiendo que no quería mirarlo directamente, se puso en frente mío.
Siguió hablándole en ese mismo tono, hasta que, casi sin razón, se detuvo.
Entonces, lo miré.
Sonreía.
Había tantas cosas que quería decirle.
Pero me abstuve.
Ya había dicho muchas cosas antes.
Aún así, hizo comentarios más superficiales, y una frase no tan superficial se me escapó:
-¿Te arrepientes?- me preguntó.
No dudé ni un segundo.
-No- respondí.
Me miró fijamente, pero desvié la mirada.
-No me arrepiento de nada- continué.
Entonces lo supe.
Desde entonces pensaría que no soy más que una niña terca.
Me habría gustado decirle:
-No, no me arrepiento de nada. Mis más grandes lecciones las he aprendido de mis más grandes errores.
Porque es así.
No me arrepiento de haberle dicho todo lo que le dije.
Sí, hice cosas mal, no soy perfecta.
Pero usted tampoco.

Por mucho que diga que los años le dan algo que yo no tengo, no concuerdo.
La gente mayor siempre tiende a pensar que porque tenga un tercio de su edad no tengo idea de lo que están hablando.
No es así.
Es verdad que hay ciertas cosas que sólo aprendes con la experiencia que te dan los años, pero esta no es una de ellas.
La madurez es el factor necesario.
Y la poseo.
No me diga que no es así.

Sí, le falté el respeto.
Pero ya me disculpé por ello.
Quiso quedar como la persona de más entendimiento, y hasta donde usted ve, así fue.
Nada más que decir.
Terca soy, pero cuando tengo razón.
Y en el tener razón misma, soy terca otra vez.



01 noviembre, 2012

Auto-destrucción.


No me hagas empezar a odiarte.
Es como si te lo estuvieras proponiendo.
No lo hagas.
Estás dejando un desastre tras de ti.
Todo lo que tocas se desmorona.
Sólo termina.
Termina lo que empezaste.
No empieces otro proceso de autodestrucción.
El primero aún no ha terminado.
Pero no me incluyas.

Si vas a dejarme fuera, déjame fuera completamente.
No quieres hablarme, no me hables para nada.
No quieres verme, no te cruces en mi camino.
Porque la destrucción funciona para ambos lados, amigo.
Y no puedo excluirte de mi vida si te sigues apareciendo así.

Te alejas de mí todos los días.
Yo ni siquiera... yo no quería esto.
Tú decidiste todo.
La destrucción continúa en 3... 2... 1...

27 octubre, 2012

Niñerías.

































La gente cree tantas cosas que a veces me dan risa.
Cuando crecen, pareciera como si hicieran borrón y cuenta nueva y se olvidaran de que fueron niños alguna vez.
Se convencen a sí mismos de que nacieron viejos y que nunca hicieron niñerías.
No está mal hacer niñerías.
No cuando se es niño.
No porque un adulto diga que es inapropiado y que el niño debería entenderlo debe ser necesariamente así.
Un niño no sabe qué es inapropiado.
Un niño es un niño.
No puedes impedirle a un niño que haga niñerías y que se divierta.
Es la única oportunidad que tiene de hacerlo.
Más tarde se le dirá que es muy grande para niñerías.
Por lo tanto, déjelo.
Deje que haga niñerías.
Uno debe ser impertinente alguna vez en la vida.
De cualquier manera, la gente entiende.
Entienden que es un niño haciendo niñerías.

Vamos a portarnos mal.
Sí, ven conmigo.
Niñerías son para niños, pero tú y yo ya no lo somos.
Todo está permitido siempre y cuando esos juegos no molesten a nadie.
Nadie se queja, nadie se entera.
Así que ven, vamos a jugar como juegan los grandes.
Si no está a la altura del juego, entonces no juegue y quédese en silencio.
Lo que pasa en el juego, se queda en el juego.

23 octubre, 2012

Desconectada.


































Todo se siente igual.
Nada.
Nada hace una diferencia.
Todo es repetitivo.
Siento que floto en una infinidad de días irrelevantes.
Definitivamente ya no soy de aquí.
Cada fibra de mi cuerpo me dice, me pide, me ruega, me exige que no vuelva.
Y lo sé.
Pero queda menos, y ya entonces no se notará.
Sí, eres tú.
Pero también soy yo.
No se puede pasar por alto.
No tiene sentido hacer planes.
No quieres estar acá.
Es como si te diera vergüenza.
Y a mí me avergüenza tu vergüenza.
Si eso me hace estúpida, que así sea.
Ya no estoy acá.
Mi cable se cortó.
Niños pasaron jugando, corriendo y riendo y lo cortaron.
No hay nada que me pueda llevar de vuelta.
Y es perfecto.
No quiero volver en absoluto.
Qué va, no me importa si esperabas que volviera.
Porque sabes bien que muy dentro tuyo en realidad esperabas que me fuera.
Para no ser quien tenga que decirlo.
Yo lo diré.
Sin rodeos.
Las cosas no son como eran.
Como fueron.
Como habrían sido.
No son.
No fue.
Estoy desconectada.
Y se siente bien.
No me da pena, es mejor así.
Es mejor no sentir nada.
No esperar nada.
Lo que llegue, será de agregado.
No espero nada bueno de ti.
Y tampoco espero que me sorprendas.
Es más, me molestaría que lo hicieras.
Simplemente haz como yo y... apágate.

07 octubre, 2012

Irresistible.


Por un momento, sólo un momento me pareció escuchar...
Y después no pude frenarlo.
No pude evitarlo.
Era irresistible.
Se me escapó.
Salió corriendo antes de que escuchara el disparo.
Sólo dijo algo, y luego, ya no podía evitar hacerlo.
Una ola gigantesca de recuerdos me azotó violentamente contra la pared.
El ruido se apagó.
El tiempo se detuvo durante ese interminable e idílico segundo, donde volví a estar allí.
Allí, en medio de sus cosas, en medio de sus palabras, en medio de su alma.
En medio de su voz arrulladora que me decía cosas que nunca se concretaron.
Sí, yo sabía que sería así, pero dejé que se diera cuenta.
Irresistible.

Sólo bastó eso.
Una palabra, una frase, un comentario, un discurso, un sermón, un libro.
Sólo eso bastó. Ya no podía frenarlo.
Y sólo tuvo que decir eso.
A veces lo veo escribiendo allá... Durante horas y horas...
Ahora sería yo.
Ahora sería yo quien esperaría horas y horas allí.
Horas y horas para volver allá.
Allá, en medio de sus cosas, en medio de sus palabras, en medio de su alma.
En medio de su voz arrulladora para que me diga cosas que nunca se concretarán.
Para que me mienta y me dibuje la vida que nunca tendremos, pero la que vivimos por ese interminable e idílico segundo, en el que nos volvimos viejos y volvimos con las manos vacías, pero llenos de olas de recuerdos que vienen a azotarnos de vez en cuando.
De muy vez en cuando.

Pero ya no tan de vez en cuando.
Porque vuelvo mi cabeza intentando encontrar aquello que se quedó en ese segundo.
En cada esquina, en cada lugar, en cada día.
Todas las semanas he de volver allá.
Allá donde están las verdaderas olas que encontramos y que vivimos durante ese interminable segundo.



08 septiembre, 2012

Diferente.


Me siento tan diferente a los demás.
Caminando en una carretera completamente distinta a la que todos transitan.
Pensando cosas radicalmente distintas a las que los atormentan a ellos.
Haciendo cosas que ellos no quieren hacer ni les gusta hacer.
Siento que mi corazón late a un ritmo totalmente diferente al de ellos.
Un compás que no puedo decidir si va más acelerado o más lento.
Me siento tan, tan diferente a los demás.
Tan diferente a lo que creen.
Tan diferente a lo que ven.
Tan diferente a lo que me he convertido.

No me mires así.
Sabes a lo que me refiero.
No sé quién eres ahora.
Sigo oyendo lo mismo una y otra vez.
No siento ningún apego.
No sé si siento lo mismo.
Si debería sentirlo.
Si acaso está mal que me lo pregunte.
Esta intensa verborrea que me provoca el sólo hecho de que abras la boca hace que todo esto vaya rápidamente perdiendo el sentido.
No hagas que esto se vaya a pique.
Reencuéntrate en medio de la niebla.
De la nieve y el fuego.
Yo sigo aquí igual que siempre.

Dime lo que piensas.
¿Es acaso lo que nos mantiene acá el peso de los años o el verdadero sentido de la empatía?
Yo no puedo decidirme.
Quizás si comenzamos por el inicio verdadero encontremos el auténtico final.
Espero que no lo encontremos.




Escondite.


Puedo sentirlo.
Tan fuertemente en mis dedos como mis propios huesos.
Lo siento, lo puedo tocar, palpar, apretar.
Aquí está.
Y ya no.
Oscuro.
Frío.
Vacío.
Ya no está.
Se siente tan... real, y luego, ya no lo es.

Puedo ver como nos está deformando.
Nos está transformando lenta -y no tan lentamente- en algo que siempre repudiamos.
No me hagas esto.
No te hagas esto.
No te escondas.
Sabes lo que pienso.
No tienes por qué demostrármelo así.
Siempre lo supiste.
Yo sólo estaba contando los días.
Quedaban tan pocos...
Pero no.
Ahora somos este resto amorfo de lo que fuimos.
No puedo cambiarlo si no me aceptas de vuelta.
No me rechaces.
No me ignores.
Sabes que lo necesitas.
Yo quiero dártelo.
Si no lo haces, ya sabes lo que va a ocurrir.
Yo también.
Va a ser peor.
Y no quiero pensar en lo peor de lo peor.
Por favor.
Por favor. Por favor. Por favor.
Escúchame.
No evites mi mirada.
Sal de tu escondite.

¿Qué fue lo que nos pasó?

02 septiembre, 2012

No te importa.






























¿Sabes qué?
Me di cuenta de algo.
Me di cuenta de que... a ti no te interesa.
No te interesa nada.
Nada te importa.
No te importa que todos nosotros que queramos.
No te importa en absoluto las cosas que hacemos por ti.
No te importa lo que pensemos de ti.
No te importa que para nosotros seas importante.

Así que creo, que ya decidí.
No me voy a preocupar por ti.
No me voy a preocupar por cosas que a ti no te preocupan.
Si no te importamos, entonces tú no me vas a importar.

31 julio, 2012

Colisión.


No podía decirte que sí.
Ya sabía a lo que venías incluso antes de verte a los ojos.
Te iba a romper el corazón en mil pedazos, y por eso lo postergué y lo postergué y lo postergué...

Todos los eventos ocurren sucesivamente, uno tras otro, resultando en un mapa mas grande y se van armando y posicionando como una red que se enreda más y más, más y más, hasta que... la red se rompe.

Me sentí acorralada entre mis propias palabras.
Mi cabeza intentaba recordar qué era exactamente lo que había escrito, para no decir nada más ni nada menos que lo que ya estaba dicho.
El momento estaba allí, podía sentir como los labios exhalaban las palabras... Sí.
-No.

Por favor, te imploro que dejes de leer esto.
Nunca estuvo destinado para ti.
Si escribí alguna vez con tanta soltura y libertad no fue por egoísmo ni rabia, y no fue para atacarte en alguna manera.
Nunca lo escribí para ti.
Sólo es para mí.
Lo siento si te herí.

Esto es lo que pasa cuando dos cuerpos chocan.
Cuando dos cuerpos colisionan, dos corazones se rompen.



26 julio, 2012

Engañada.


Ni siquiera sé cómo me siento.
No. Mentira.
Sí sé como me siento.
Me siento traicionada.
Literalmente engañada.
Me siento justamente como si me hubiesen puesto el gorro.
No quiero que me hables.
No quiero que nos juntemos.
No quiero nada de ti.
Y no quiero escuchar lo inocente que suena que me digas que no somos nada.
Porque si no fuéramos absolutamente nada no me sentiría así.
No puedo creer que todo este tiempo seguí pensando todo eso.
Sin saber nada.
Es increíble lo que hace la ignorancia.
Realmente es una bendición.
Ahora si puedes estar seguro de que nunca va a pasar.
Nunca.
Porque nunca me había sentido más humillada en toda mi vida.
No puedo escuchar nada de lo que dices ni leer nada de lo que me escribiste sin pensar en...

Deja de pedirme que hablemos.
No tenemos nada que hablar.

08 julio, 2012

Decepción.


¿Qué puedo decir?
Creo que uno nunca deja de conocer a las personas.
Resultó ser alguien muy distinto al que yo creía y quería, y me duele pensar que todo este tiempo fue así y yo no me di cuenta de eso.
Sé que lo atribuirá a la razón más estúpida, simple y predecible, pero la verdad, va mucho más allá.
Todo este tiempo se quejaba contra alguien que es exactamente igual que ella, con las mismas aspiraciones, pensamientos despectivos hacia los demás y expresiones encubiertas.
No me digas que no es así.
No se es hipócrita con la gente que uno quiere.
No se le miente a la gente que uno quiere.
No se finge con la gente que uno quiere.
Y es justo así.
Nunca te importó y nunca la quisiste.
Y justo por esto último, vas a seguir pensando en esa razón barata y simplona.

Te jactas de lo mal que lo pasan pero no haces nada por revertirlo ni piensas en alguna manera que lo que tú pides o exiges lo provoca, aunque sea en alguna mínima parte.
Está mal, pero no tan mal como para que no me de lo que quiero.
No des razones irrelevantes y mal hechas sobre esto. No vale la pena.
De hecho, nunca has hecho algún comentario al respecto.
Quizás no debería causarme nada a , pero aún así, me decepcionó increíblemente darme cuenta que una persona que conocía desde hace tanto tiempo es en realidad tan diametralmente distinta a como yo creía.
Lo que digas ya no significa mucho.
Lamento haber perdido a alguien.
Y a pesar de que muchas veces he dicho que hay que aceptar en la gente que queremos lo bueno y lo malo, no puedo aceptarlo cuando lo malo mancilla completamente todo lo bueno.
Cuando lo malo ironiza todo lo bueno.
Cuando lo malo hace dudar todo lo bueno.

No te vas a dar cuenta de nada, creo yo.
De nada.
No voy a decirte nada, y sólo silenciosamente, quizás, seguirás pensando qué cosas sobre mí.
Pero aún así, fingiremos ambas, desde ahora, como lo vendrás haciendo tú desde hace cuánto tiempo.
Lamento haber perdido a alguien.


02 julio, 2012

Reflejo.





















En esta vida de sonidos y ruidos, de imágenes y luces, de olores y sabores, risas y tristezas, momentos especiales y banales, a veces todo pasa demasiado rápido.
O quizás no a veces.
Quizás siempre pasa demasiado rápido.
Esta persona que me mira fijamente no se parece en nada a mí.
Esta persona que mueve los labios al compás con los míos.
Que me sonríe como yo a ella.
Que me mira con extrañeza y hace gestos imperceptibles para los demás.
No nos parecemos en nada.
Me siento igual que como me sentía antes.
Ayer. El año pasado. Hace cinco años.
Todo es igual.
Pero el tiempo pasa corriendo como si llegara tarde a alguna parte, recordándome que soy igual a ella.
Que soy esa que me sonríe.
Esa que me mira fijamente.
Aparentemente somos la misma persona.

A veces tendemos a pensar que no somos como nos proyectamos ante los demás, esperando que el resto lo comprenda y nos busque más allá de las apariencias, pero nosotros no hacemos eso con los demás nunca. Hacemos excepciones con nosotros pero no hacemos eso con los demás.
No puedo esperar que el resto entienda que no me parezco en nada a mi reflejo.
Que no soy para nada lo que parezco.
Porque, para ser muy honesta, yo no hago eso con ellos.
Su imagen es una de las cosas que más los caracteriza en mi cabeza, y toda su personalidad va asociada a ella. Ellos son su imagen.
Así que supongo que no puedo culpar a nadie.
Simplemente es así.
Somos nuestros reflejos, lo queramos o no.
Pero aún así, no me parezco en nada a ti.


01 julio, 2012

Excusas.


No me des más excusas inútiles de por qué llegas tarde.
De por qué no contestas el teléfono.
De por qué te olvidas de las cosas.
No necesito mentiras nerviosas e improvisadas que se arman mientras las enuncias.
No me des más excusas fingidas y falsas.
Yo sé por qué.
Sé por qué llegas tarde.
Sé por qué no contestas el teléfono.
Sé por qué te olvidas de las cosas.
Lo sé todo.
Escucho todo.
Veo todo.
Veo el panorama completo y simplemente no digo nada.
Veo como casi todos juegan a dos bandos, dicen cosas y hacen cosas que dicen que no hacen ni dicen. Una vida de hipócritas.
Lo veo todo y no digo nada.
Ya todos saben.
Todos saben que todos son hipócritas y nadie dice nada.
Nadie dice nada porque son todos hipócritas.

14 junio, 2012

No llores.



Llora y llora.
Llora todo el día.
Todo el día y toda la noche.
A veces grita.
A veces grita y otras sólo suspira.
Suspira y luego sigue llorando.
Llora por horas y horas.
Llora hasta que se queda dormida.
Se queda dormida y luego despierta.
Despierta y sigue llorando.
Llora y llora.
Llora por semanas.

No sé qué te habrán hecho.
No sé qué te hicieron, pero...
Siempre te acuerdas en esta fecha.

Lloras y lloras.
Días y noches, sin parar.
Tus ojos no saben qué hacer.
Ya no tienen lágrimas que derramar.
Están secos y cansados.
No quieren que sigas llorando.
Pero tú lloras y gritas y suspiras.
No quiero que sigas llorando.
No sé por qué lloras.
Ni por qué gritas.
Ni por qué suspiras.
Pero tus ojos me suplican.
Esos rayos de luz me suplican.
Me suplican que no llores más.
Por favor, no llores más.
No llores más.


02 junio, 2012

Viva.


Escucho a este corazón
A este corazón que suspira.
A este corazón que late cansado.
Este corazón que a veces despierta inquieto, aturdido.
Este corazón intranquilo.
Oigo sus susurros en la noche, cálidos y tenues, pero no logro entenderlos.
Se van haciendo lentos... y más lentos...
Hasta que se convierten en un sonido continuo.
Suena como si no latiera.
Y a veces dudo si estoy viva.
Si respiro como los demás.
Si río como los demás.
Si duermo como los demás.
Si amo como los demás.
Si vivo como los demás.

A veces aguzo el oído y no escucho ningún latido.
Y entonces me pregunto: ¿Estoy viva?.



31 mayo, 2012

Dormida.


Todo se siente lento, vago, confuso.
Tal como si estuviese dormida.
Dormida entre plumas y cabellos.
Dormida entre llamaradas de fuego.
Dormida entre besos y caricias.
Dormida entre miradas furtivas.
Dormida entre susurros y te amos. 
Dormida entre tus piernas y tus brazos.
Dormida entre voces y gritos.
Dormida entre páginas de libros.
Dormida entre amaneceres y atardeceres.
Dormida entre cartas y papeles.
Dormida entre la noche y la Luna.
Dormida entre gotas de lluvia.
Dormida entre mariposas y flores.
Dormida entre arcoiris de colores. 
Dormida entre el hoy y el mañana.
Dormida entre la marea salada.
Dormida envuelta entre sus manos.
Dormida entre leones ronroneando.
Dormida entre rayos de sol.
Dormida entre latidos de tu corazón.
Dormida entre inciensos y velas.
Dormida entre las estrellas y planetas.
Dormida entre globos y regalos.
Dormida entre todos tus abrazos.
Dormida entre huracanes y remolinos.
Dormida entre tus labios y los míos.
Dormida entre fuegos artificiales.
Dormida entre burbujas espaciales.
Dormida entre despierta y dormida.
Dormida hasta que me quedo dormida.



19 mayo, 2012

Contigo.


Fue tan natural.
No teníamos ningún rencor.
Te extrañaba y tú también a mí.
No te veía hace tanto tiempo...
Ya no quería separarme nunca más.
Todo se sentía igual que antes, pero incluso mejor.
Era como si esos cinco años no hubiesen pasado y reanudábamos todo después de una larga noche.
Ninguna diferencia era lo suficientemente fuerte para romperlo.
Nada era lo suficientemente fuerte para romperlo.
No me importaba por qué te habías ido.
Sólo quería saber por qué habías llegado.
Pero no respondiste.
Porque ya no estabas allí.
Ni yo.

Desde entonces sólo me acuesto temprano para tener más tiempo contigo.
Todos los días me acuerdo de las cosas que me dijiste.
De las cosas que hicimos.
O de las que no hicimos ni dijimos, para hacerlas y decirlas hoy.
Porque no me importa si cuando despierto nada es verdad.
Porque una tercera parte de cada día la paso contigo.


Espero.


No sé que esperas que haga.
No voy a hacer nada.
No sé que quieres que diga.
No voy a decir nada.
No sé que quieres que sea.
No voy a ser nada.
Me voy a sentar aquí y voy a esperar.
Esperaré y esperaré eternamente a que llegues.
No me voy a mover ni un solo centímetro.
No me importa si llegas hoy o mañana.
No me importa si llegas en un año o en diez.
Sólo me importa que llegues.

22 abril, 2012

Atragantada.


Ninguna lo entendería.
Sólo ella lo entendería, y la verdad, no he podido decírselo.
Nadie apoya, sólo presionan.
Tengo que decírtelo pero... no puedo.
No puedo.
No puedo.
No puedo.
Cada vez que abro la boca, mi garganta se seca, el aire se vuelve pesado, mis rodillas flaquean.
No puedo decírtelo.
Siento que me atraganto.
No puedo hablar.
No puedo.

06 abril, 2012

Fiebre.


Esta vez no fue un sueño.
Fue una pesadilla.
Esta pesadilla febril que ahora no hace más que atormentarme.
La fiebre baja cada cierto tiempo, a recordármelo.
Tuve que quedarme acostada mucho rato, tratando de convencerme de que no había ocurrido, y aún así, me sentía desconsolada.
Me sentía terriblemente mal.
Me sentía más sola que nunca.
Que nunca.

Sólo fue... demasiado real.
Apenas se supo, todos se fueron y me dejaron sola.
Sólo tenía a una persona, y llegaba a a pensar a veces que incluso ella me miraba con resentimiento.

Pero lo más terrible de todo, lo peor de todo, fue cuando me di cuenta de que no iba a ser nadie.
No iba a poder hacer nada de lo que me había planteado.
Todo lo que había ido planeando con los años se había hecho añicos.
Y todo era por mi culpa.
Ella estaba conmigo, y lo único que pude decirle antes de romper en lágrimas fue:
-No pensé que iba a ser tan difícil.
Ella me miró con tristeza.
-Yo tampoco -me respondió.

Me desperté con el calor febril y las sacudidas convulsivas del llanto, revisándome una y otra vez, buscando aquello que no existía; un bulto, una patada; pero no había nada.
Sólo aquellas lágrimas febriles.

05 abril, 2012

Separados.


Lo vi todo demasiado claro.
Ella me hablaba pero yo sólo veía sus labios moverse.
No sentía ningún sonido.
Atrás de ella estaba él.
Pero en realidad, no era él.
En mi cabeza, estábamos unos 6 años más adelante.
Pero él se veía justo como me lo podría haber imaginado.
Era muy alto y delgado.
Pero nada de eso realmente me sorprendió.
Fue con quien iba.
Tenia una hija ahora.
Tenía una familia.
Tenía esa misma sonrisa cómplice que a veces me dedicó a mi, y su nariz se arrugaba de la misma manera.
Dios, cómo se parecía.
La abrazaba con tanto afecto y ternura...
Me imaginé si alguna vez me iba a arrepentir de haber hecho lo que hice, pero luego pensé que para entonces las cosas serían muy distintas, y probablemente él también me vea fortuitamente acunando un niño.
Entonces, la perspectiva cambió drásticamente.
Ya no habría nada en común entre nosotros, pues aquello habría terminado décadas atrás.
Estábamos separados.
Pero yo siempre habría de recordarlo justo así.
Sonriente, sonrojado, con la mirada clara.
Simplemente, él.

04 abril, 2012

Reset.


Y lo decían una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez.
Sólo quería que se callaran.
¿Cómo pudo hacer eso?
¿Acaso no piensa en los demás?
Sólo... cállense.
Si no lo entienden, cállense.
Yo lo entiendo.
No es egoísmo, es algo mucho menos vanidoso y frívolo.
Es... compasión hacia ti mismo.
¿Cómo nadie se dio cuenta?
Pues en esos momentos uno no se entera.
Es muy difícil.
No te dicen mucho y lo que dicen, no denota nada especial.
Yo no lo noté.
Y me ocurrió tres veces.
Tres veces.
Así que no me digan que es difícil entenderlo.
Si no lo entienden, es porque no lo han intentado.

Todos acudieron a mi por apoyo.
Por confidencia.
Por cariño.
Por todo.
Yo fui su pilar.
Pero tampoco pude hacer mucho.
Sólo acudieron a mí después de lo ocurrido.
Hablaron incesantemente sobre lo terrible que se sentía vivir así, sin solución para nada, nada más que resetearlo todo.
Y así lo intentaron.
Mas de una vez.
De todas las maneras posibles.
De alguna manera, ninguno tuvo éxito.
Dudo que ahora piensen en aquello.
O quizás si piensan en ello, pero no recurrentemente, y si es algo que flota sutil y amenazadoramente en su cabeza, es sólo como un recordatorio de que hay épocas y situaciones mucho peores que ésta, como un incentivo.
El segundo fue por mi culpa.
O por lo menos me echó la culpa de todo.
Se sentía tan, tan, tan mal cargar con eso, que terminé por anularlo -a él- cuando se recuperó, y tardé mucho en superarlo.
Todos me lo dijeron para liberarse ellos de la mochila que llevaban, pero ahora era yo la que cargaba con cuatro mochilas: las de cada uno de ellos y la mía.
Nunca pensé en resetearlo todo.
Quizás es porque me estimo mucho.
Pero también sé que todo ser humano en alguna circunstancia de su vida puede hacerlo, puede caer en la tentación.
Hasta ahora, no he sentido esa necesidad.
No aún.

24 marzo, 2012

Finges.

































Deja de fingir, por favor.
Si no quieres estar con nosotros no te escondas atrás.
Pareciera que vas diciendo algo así como "Sí, voy con ellos, pero no tanto".
Uno está o no está. No se está a medias.
Preferiría que simplemente no vengas con nosotros y digas definitivamente "Ellos no son míos".
Mi idea de paz se completaría si tu aceptaras el simple hecho de que no perteneces aquí.
No sabes lo que significa.
Nunca lo has sabido.
Pero espero que en algún momento te des cuenta de lo que te estoy diciendo.

04 marzo, 2012

Sacrificio.
















Me pregunto...
Bueno, en realidad es casi lo único en lo que puedo pensar cuando te veo...
Pienso que... parece ser muy difícil lidiar conmigo.
Y además, parece ser excepcionalmente difícil para ti.
Por lo menos ahora que sientes que ahora has retrocedido terreno.
Te esfuerzas increíblemente y sobrecalculas todo, preocupadísima, nerviosa...
No debería ser así, y quizás yo soy la causante de que tengas que esforzarte tanto ahora.
Y con todo lo que me decías, de como te sentías, y al recordar cómo lloraba al otro lado de la línea, no puedo evitar preguntarme... ¿crees que vale la pena?
No lo digo con el tono sarcástico de alguien que tira por la borda años de cariño por que sí, sino más bien con uno empático, de alguien que se pone en tu lugar y se plantea quiénes son las personas de las cuales no puede prescindir bajo ninguna circunstancia.
¿Crees que soy alguien así?
¿Quieres realmente tenerme cerca?
¿Es tan difícil lidiar conmigo?
¿Soy acaso... una mala persona?
No lo sé, me... atormenta pensarlo.
Desde que hablamos.
Parece un gran sacrificio mantenerse firme ante la adversidad, pero tú pareces dispuesta a no irte a ninguna parte.
Te lo digo ahora porque te dejo libre por si quieres hacerlo...
No sabía la carga que implicaba quedarse.

03 marzo, 2012

Fugaz.


Me salían a borbotones.
No podía controlarlo.
Apenas comencé a pensar en ello, aparecieron.
No creo que pueda...
Va a doler mucho.
Y a ti también te va a doler.
Ya acabó mi tiempo.
Se acabó y no lo entiendo.
Todo es fugaz.
El cariño, el odio, la alegría, el dolor, el tiempo, la vida...
¿Cómo pudo pasar tan rápido?

05 febrero, 2012

Para.


No.
No quiero nada.
No vengas, no me hables, no me mires.
Nada.
Sólo déjame en paz.
Ella podrá seguir tratando de mantener el molde intacto, pero no es así.
Se supone que lo sabía.
Ya déjame.
Quiero que pares de hacer lo que hacías.
Lo que haces.
Todo, ya... simplemente ándate.
Sólo quiero silencio.
Ya ándate, me haces odiar los domingos...

02 febrero, 2012

Dilo.
























Todos lo saben.
Y ella también sabe que lo sé.
Puedes dejar de fingir que eres feliz aquí.
Hasta ella se da cuenta de que no es así.
Todo esto se mantiene en pie y con sonrisas burlonas porque yo sigo aquí.
Pero eso no durará mucho tiempo.
Sólo dilo.
Dilo para que podamos vivir tranquilos.
Ya lo sé todo.
Sólo estoy esperando que tú lo digas.
Te estás escondiendo detrás de una pared transparente, a plena luz del día.
Te estás escondiendo y esperas que no te encontremos.
Pero la verdad, ya no te estamos buscando.

31 enero, 2012

No Puedo.






















No puedo enojarme contigo.
¿Cómo podría?
Somos tan parecidos y la verdad es increíble que me aguantes.
Y que te aguante.
Tengo tantas razones para estar enojada contigo, pero...
No puedo.
No puedo enojarme contigo.
No contigo.
Estoy siempre aquí, para ti.
Como tú lo estás para mí.
Tú lo sabes.
Yo lo sé.
Siempre voy a estar aquí para ti.
Siempre.

03 enero, 2012

Encinta.





















Lo soñé otra vez.
Estaba embarazada.
Estábamos todos tan felices.
Pero yo más feliz que todos.
Era incandescentemente feliz.
Y me sentía radiante.
Él me abrazaba y parecía como si...
Pero no importaba.
Nadábamos y reíamos hasta el atardecer, hasta que me quedaba dormida en sus brazos.
Me quedaba dormida y me despertaba.

Dime.


Sólo dime.
Lo que sea, lo soportaré.
Pero dime.
Dime, por favor.
Me he imaginado lo peor.
Sólo dimelo.
Por favor.
Me estoy muriendo en el suspenso.
Esto me mata.
Me mata.
Por favor, sólo dime.
Nada puede ser peor que lo que ya me imagino.
¡Sólo dime!