30 octubre, 2010

Encerrada.



La mujer se cuestionó
otra vez tras los barrotes
esto no fue lo que ocurrió,
ninguno de ellos me conoce.

Siente gotas cual cuchillo,
como la voz de su conciencia.
No entiende qué fue lo que hizo
ni por qué se le condena.

La mujer se cuestionó
otra vez tras los barrotes
nadie le borró el dolor
que inunda a sus tres corazones.

Un remolino la llevó
hasta donde nadie llega.
Paciencia fue algo que no halló
y a su rabia le dio rienda.

La mujer se cuestionó
otra vez tras los barrotes
ninguno de ellos le avisó
de los secretos que se esconden,
del dolor en sus corazones,
ninguno de ellos la conoce.


¿Estoy dándote acaso más respeto del que debería?

18 octubre, 2010

Ángel Caído.



Su piel es seda en mis manos.
Su voz, arrullo para mis oídos.
Sus labios agua en mi boca.
Su cuerpo, todo lo que ansío.

Quisiera inclinarme sobre su cuerpo tendido
y tocar las inalcanzables plumas de sus alas.
Desarmarlo en el acto de un solo suspiro
y no inmutarme ante su mirada.

Quisiera borrar sus heridas con sabor de mis labios.
Entregarle mi cuerpo sin recibir nada a cambio.
Susurrarle al oído cuánto es que lo amo
Agradecerle a los dioses mi hermoso regalo.

Perdonar de su mente todos sus pecados.
Convertirme en lo que su alma siempre ha deseado.
Quemar sus recuerdos de pasados calvarios.
Volar sobre todo lo que el hombre ha pisado.

Él, al cual llamo mi ángel caído
y espero me lleve a volar consigo.
Él, al cual llamo mi ángel caído
que convierte mi vida en un paraíso.

10 octubre, 2010

Vergüenza.


Estoy terriblemente humillada.
Cada palabra que me dijo me dolió un poco más que la anterior.
Nada que no supiera, sin embargo, fue distinto oírlo fuera de mi cabeza.
Nada de esto lo rompí.
Yo quería pegar cada pedazo, pero no me dejaste.
Dejaste que quedara roto.

¿Sabes qué es lo que más me duele?
No fue lo que dijiste, sino que no fuiste lo suficientemente para decírmelo en mi cara.
Nunca.
Nada me lo dijiste en mi cara.
Cada pensamiento que cruzaba tu cabeza, te lo guardabas, y cuando no me vieras, lo escribías.
Ni siquiera me demostraste respeto por los 8 meses que pasamos.
Luego te vas a dar cuenta de tus errores, y aprenderás.
Pero nunca te olvides, de que esto no lo quebré yo, fueron tus celos.

No tienes autorización para seguir leyendo mis palabras.
No la tienes.
¿Entendiste?