Su piel es seda en mis manos.
Su voz, arrullo para mis oídos.
Sus labios agua en mi boca.
Su cuerpo, todo lo que ansío.
Quisiera inclinarme sobre su cuerpo tendido
y tocar las inalcanzables plumas de sus alas.
Desarmarlo en el acto de un solo suspiro
y no inmutarme ante su mirada.
Quisiera borrar sus heridas con sabor de mis labios.
Entregarle mi cuerpo sin recibir nada a cambio.
Susurrarle al oído cuánto es que lo amo
Agradecerle a los dioses mi hermoso regalo.
Perdonar de su mente todos sus pecados.
Convertirme en lo que su alma siempre ha deseado.
Quemar sus recuerdos de pasados calvarios.
Volar sobre todo lo que el hombre ha pisado.
Él, al cual llamo mi ángel caído
y espero me lleve a volar consigo.
Él, al cual llamo mi ángel caído
que convierte mi vida en un paraíso.
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