31 mayo, 2012

Dormida.


Todo se siente lento, vago, confuso.
Tal como si estuviese dormida.
Dormida entre plumas y cabellos.
Dormida entre llamaradas de fuego.
Dormida entre besos y caricias.
Dormida entre miradas furtivas.
Dormida entre susurros y te amos. 
Dormida entre tus piernas y tus brazos.
Dormida entre voces y gritos.
Dormida entre páginas de libros.
Dormida entre amaneceres y atardeceres.
Dormida entre cartas y papeles.
Dormida entre la noche y la Luna.
Dormida entre gotas de lluvia.
Dormida entre mariposas y flores.
Dormida entre arcoiris de colores. 
Dormida entre el hoy y el mañana.
Dormida entre la marea salada.
Dormida envuelta entre sus manos.
Dormida entre leones ronroneando.
Dormida entre rayos de sol.
Dormida entre latidos de tu corazón.
Dormida entre inciensos y velas.
Dormida entre las estrellas y planetas.
Dormida entre globos y regalos.
Dormida entre todos tus abrazos.
Dormida entre huracanes y remolinos.
Dormida entre tus labios y los míos.
Dormida entre fuegos artificiales.
Dormida entre burbujas espaciales.
Dormida entre despierta y dormida.
Dormida hasta que me quedo dormida.



19 mayo, 2012

Contigo.


Fue tan natural.
No teníamos ningún rencor.
Te extrañaba y tú también a mí.
No te veía hace tanto tiempo...
Ya no quería separarme nunca más.
Todo se sentía igual que antes, pero incluso mejor.
Era como si esos cinco años no hubiesen pasado y reanudábamos todo después de una larga noche.
Ninguna diferencia era lo suficientemente fuerte para romperlo.
Nada era lo suficientemente fuerte para romperlo.
No me importaba por qué te habías ido.
Sólo quería saber por qué habías llegado.
Pero no respondiste.
Porque ya no estabas allí.
Ni yo.

Desde entonces sólo me acuesto temprano para tener más tiempo contigo.
Todos los días me acuerdo de las cosas que me dijiste.
De las cosas que hicimos.
O de las que no hicimos ni dijimos, para hacerlas y decirlas hoy.
Porque no me importa si cuando despierto nada es verdad.
Porque una tercera parte de cada día la paso contigo.


Espero.


No sé que esperas que haga.
No voy a hacer nada.
No sé que quieres que diga.
No voy a decir nada.
No sé que quieres que sea.
No voy a ser nada.
Me voy a sentar aquí y voy a esperar.
Esperaré y esperaré eternamente a que llegues.
No me voy a mover ni un solo centímetro.
No me importa si llegas hoy o mañana.
No me importa si llegas en un año o en diez.
Sólo me importa que llegues.