23 abril, 2015

Sentada.


Me está atacando la nostalgia.
Como un amigo rencoroso.
Me está picando las orillas como una rata hambrienta.
Cada vez me pide más y más y, la verdad, ahora me cuesta dormir.
Me pides algo y te lo doy pero me sometes a revivir cada frase, cada diálogo doloroso y cada mirada de decepción, cada sentimiento de culpa y cada garganta ardiente.
Es demasiado.
Me pides demasiado.
Cada vez me pides más y ya no sé qué darte.
Eres como un libro que se escribe solo pero que me picotea por nuevas ideas.
Déjame en paz.
El pasado está donde debe estar.
Es cierto cuando la gente dice que no hay que guardar rencores porque pudren el alma.
Siempre han tenido razón.

Me pides más todas las noches.
Anoche te di algo nuevo.
Lo examinaste y me hiciste revivirlo página por página.
Luego de nuevo.
Y de nuevo.
Y otra vez.
Toda la noche.
No puedo vivir así.
Necesito paz.
No necesito esto.
Sé lo que me quieres mostrar.
Ya entendí la idea, no soy estúpida.
Quieres que vea todos mis momentos preciosos y todos mis fracasos.
Pero no para que aprenda, ya sabes que aprendí.
Quieres que los reviva para que vea que sigo ahí, al final de esos recuerdos.
Sigo en el final de cada escena.
Que no he avanzado nada.
Que no he escrito nada nuevo.
Me pides más y más porque sabes que no queda mucho.
Sabes que no queda nada y quieres que lo sepa.
Quieres que me de cuenta que estoy estancada.

Pues ya lo sé.
Puedes dejar de sermonearme.
Puedo escucharte mordisqueando aquí y allá con tus pequeños dientecitos.
Dame silencio.
Dame paz.
Necesito pensar.
Necesito pensar por qué no estoy avanzando.
Necesito entender por qué sigo aquí.
No, no quiero que me lo digas tú, quiero entenderlo yo.

No quiero avanzar.
No es que no pueda.
No quiero, simplemente.
¿Para qué? ¿Para volver a fracasar?
No me considero un completo desastre y no creo que todo lo que toque se quiebre.
No es que crea que yo lo arruinaría todo, es que...
Pues la verdad no lo sé.
¿No confío en los demás?
Creo que sí, pero no lo suficiente.
No quero avanzar.
Quiero encontrarme con alguien igual de estancado.
Esperando en el hoyo.
Sentado y leyendo hasta que alguien llegue.
Te estoy esperando a ti.
El otro día soñé contigo.
Y luego de nuevo.
Y luego no estaba dormida y pasó de nuevo.

No lo sé.
Sólo llega rápido.
Estoy aquí, en el hoyo.
Sentada y leyendo.
Esperándote.