30 octubre, 2010

Encerrada.



La mujer se cuestionó
otra vez tras los barrotes
esto no fue lo que ocurrió,
ninguno de ellos me conoce.

Siente gotas cual cuchillo,
como la voz de su conciencia.
No entiende qué fue lo que hizo
ni por qué se le condena.

La mujer se cuestionó
otra vez tras los barrotes
nadie le borró el dolor
que inunda a sus tres corazones.

Un remolino la llevó
hasta donde nadie llega.
Paciencia fue algo que no halló
y a su rabia le dio rienda.

La mujer se cuestionó
otra vez tras los barrotes
ninguno de ellos le avisó
de los secretos que se esconden,
del dolor en sus corazones,
ninguno de ellos la conoce.


¿Estoy dándote acaso más respeto del que debería?

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