16 febrero, 2010

Detalles.
































Soy extremadamente detallista.
Analizo cada pequeño movimiento y acción, por lo cual puede que me enrede más de lo necesario.
También disfruto de los pequeños detalles y placeres, como ver las luces de una ciudad parpadear de noche, sentir la brisa viendo el ocaso, comer algo delicioso, dormir en algo blando, y por sobretodo, me encanta la espontaneidad.
Ese concepto de tener uno una idea formada de lo que va a suceder, y que, de pronto todo cambia, y se vuelve más emocionante y entretenido me encanta.
Hacer cosas que no estaban dentro de mis planes es extremadamente emocionante para mí.
Quizás por que me hago una idea previa de lo que se hará, lo que ocurrirá, las reacciones y/o respuestas de las personas, algo que rompa con eso me pone en una situación donde me veo obligada a improvisar.
Muy refrescante.


Todos estos detalles los disfruté en mis vacaciones, donde un día pude ver tan claramente el ocaso que sentí que no podía distinguir dónde terminaba el cielo y comenzaba el mar.
Fuimos a un mirador, desde donde se podía ver un balneario enorme, y también una playa de rocas. En ella había un hombre solo, que estaba sentado en una roca inmensa, mirando hacia el mar. Las olas rompían estruendosamente cerca de él, y muchas veces le salpicaban, pero él, relajado y manteniendo su compostura disfrutaba del paisaje, y yo admiraba la hermosura de aquella imagen.
Es tan satisfactorio dormir cuando se está muy cansado... los ojos se cierran solos, y uno se tiende en algo suave y blando, sin importar qué es, y sin embargo, cae en el más profundo sueño, que a veces, encuentro más reparador que el del día a día.
Algo que también me encanta es reír.
A veces uno se mantiene serio por cosas totalmente graciosas, pero en oportunidades, la más estúpida broma desata en mí la risa más feroz y escondida, que incluso me saca lágrimas de risa.
Por sobretodo, disfruto de la buena compañía, en la que, no importa si no hay palabras con las cuales rellenar el silencio, porque se siente bien así.
Un pequeño gesto, una sonrisa, un abrazo, en el momento adecuado significa tanto.
Adoro leer, es una de mis grandes aficiones, y a veces se tarda en encontrar un libro realmente bueno, que aparte de inculcar enseñanzas que no están precisamente explícitas en las páginas, dejan una noción del bien y el mal, exposiciones del mundo desde distintos puntos de vista, incluso de la religión.
Conocer gente nueva, lugares nuevos.

Estos son mis pequeños placeres, que además, son pequeños detalles, que, aún siendo pequeños, me hacen muy feliz.


"La vida es como el abrazo de un desconocido".