No.
No quiero nada.
No vengas, no me hables, no me mires.
Nada.
Sólo déjame en paz.
Ella podrá seguir tratando de mantener el molde intacto, pero no es así.
Se supone que lo sabía.
Ya déjame.
Quiero que pares de hacer lo que hacías.
Lo que haces.
Todo, ya... simplemente ándate.
Sólo quiero silencio.
Ya ándate, me haces odiar los domingos...