No me hagas empezar a odiarte.
Es como si te lo estuvieras proponiendo.
No lo hagas.
Estás dejando un desastre tras de ti.
Todo lo que tocas se desmorona.
Sólo termina.
Termina lo que empezaste.
No empieces otro proceso de autodestrucción.
El primero aún no ha terminado.
Pero no me incluyas.
Si vas a dejarme fuera, déjame fuera completamente.
No quieres hablarme, no me hables para nada.
No quieres verme, no te cruces en mi camino.
Porque la destrucción funciona para ambos lados, amigo.
Y no puedo excluirte de mi vida si te sigues apareciendo así.
Te alejas de mí todos los días.
Yo ni siquiera... yo no quería esto.
Tú decidiste todo.
La destrucción continúa en 3... 2... 1...