Abro.
Cierro.
No, no eso.
Vuelta.
Abro.
Cierro.
Tampoco.
Abro.
Entonces, ¿qué?
Tú sabes muy bien qué.
Sabes exactamente lo que quiero ver.
Sabes exactamente lo que quiero soñar.
No quiero seguir soñando estas estupideces.
Nada sale como me lo pintan aquí.
Nada.
No tiene sentido seguir dándome vueltas en la cama, buscándole el hilo al sueño que nunca voy a soñar.
No suelo soñar cosas así.
Porque no suceden.
Me percato muy fácilmente de que es un sueño, y... pronto se acaba.
Puedo escribir un guión de eventos interminables que nunca ocurrirán, con diálogos que nunca me dirás y sentimientos que nunca tendrás.
Pero siempre será sólo un sueño.
Estas sábanas me tienen atrapada en el limbo.
No me van a soltar fácilmente, y no ceden ninguna noche.
Ahora todo parece dar lo mismo.
Cualquier cosa me llevará al mismo resultado.
Una y otra vez.
Caeré eternamente allí.
Donde nada de esto ocurre.
Y donde tengo que fingir que no me he dado cuenta aún.
¿Me tienes aquí pagando por algo?
¿Es cierto lo que todos dicen?
Quizás, si.
Pero no puedo admitirlo.
Si lo hago, tendré que volver a abrirlos y cerrarlos.
Si lo hago, tal vez no pueda abrirlos.
Si lo hago, tal vez no pueda despertarme.