27 octubre, 2012

Niñerías.

































La gente cree tantas cosas que a veces me dan risa.
Cuando crecen, pareciera como si hicieran borrón y cuenta nueva y se olvidaran de que fueron niños alguna vez.
Se convencen a sí mismos de que nacieron viejos y que nunca hicieron niñerías.
No está mal hacer niñerías.
No cuando se es niño.
No porque un adulto diga que es inapropiado y que el niño debería entenderlo debe ser necesariamente así.
Un niño no sabe qué es inapropiado.
Un niño es un niño.
No puedes impedirle a un niño que haga niñerías y que se divierta.
Es la única oportunidad que tiene de hacerlo.
Más tarde se le dirá que es muy grande para niñerías.
Por lo tanto, déjelo.
Deje que haga niñerías.
Uno debe ser impertinente alguna vez en la vida.
De cualquier manera, la gente entiende.
Entienden que es un niño haciendo niñerías.

Vamos a portarnos mal.
Sí, ven conmigo.
Niñerías son para niños, pero tú y yo ya no lo somos.
Todo está permitido siempre y cuando esos juegos no molesten a nadie.
Nadie se queja, nadie se entera.
Así que ven, vamos a jugar como juegan los grandes.
Si no está a la altura del juego, entonces no juegue y quédese en silencio.
Lo que pasa en el juego, se queda en el juego.