17 agosto, 2010

Sueños.



En sueños me encuentra totalmente desprevenida.
Aparece desde cualquier esquina, y se evapora tal cual llegó.
Aparecen tres versiones de lo que me falta y ansío, y tres veces me atormentan sus ojos.
Grito con la mirada, y me estrecha con sus manos.
Aquellas manos hermosas.
Se evapora y otros cabellos le reemplazan.
Me envuelvo en un aroma indescifrable, que al terminar la noche, siento en mi boca, cual latido de su corazón.
Tres labios dicen las mismas palabras, y cada vez suenan más confusas.
Luego despierto y me doy cuenta de lo vergonzoso que es sentirse indefensa.
Indefensa por las noches.
Despierto y lloro desconsolada.
¿Por qué tiene que ser un sueño?
¿Por qué no puede ser real?
Al día siguiente no puedo quitar las imágenes de mi cabeza, aquellas en donde todo parece solucionado.
En medio de una turba renace ese aroma que ansío, pero despierta lo rechazo.
Despierta no estoy indefensa.
Pero al caer la noche...

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