Celosa como una niña pequeña.
Celosa porque se va con ella y se va feliz.
Celosa porque espero que vuelva y no lo hace.
Sabiendo exactamente lo que significa, sabiendo cómo me queman las preguntas en la cabeza, como me arden las palabras en la boca, me las guardo.
No puedo caerme aquí.
Me resisto cada vez que quiero voltearme a buscarlo.
Me resisto cada vez que quiero empezar a hablarle.
Pero no puedo evitar pensar todo el día en esto.
Me mata el no saber qué piensa él.
Y ahí es cuando se va con ella.
Dios, la odio.
Y lo odio a él.
¿Cómo puedo volver a esto tan estúpidamente?
No importa.
Porque in lugar a dudas no va a ser más que esto.
No más.
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