30 abril, 2017

Absoluto.

Michelle De Rose

Y desde entonces siento que brillo de nuevo.
Más lustrosa que nunca y sin esfuerzo alguno.
Este humo comienza a despegarse de mi piel, me despojo de estas ropas y aromas.
Ya no los necesito, puedes llevártelos sin reprocharme por haber caído de nuevo.
Todo es tal como debe ser.
Todo deja de correr.

Pero tú te apagas.
Cada día menos luz en tu cara, menos calor, menos todo.
Quise abrazarte, cobijarte y reunir tus pedazos, pero ya no quedaba más empatía en mi cuerpo.
La había agotado y me ví tentándote pasivo-agresivamente todos los días simplemente por el afán de recibir alguna respuesta tuya.
Cualquier cosa, en absoluto.
Pero no me diste nada.
Nada en absoluto.

Escucha y créeme cuando te digo: no voy a seguir intentándolo. 
Y no voy a rondarte esperando que llegue el momento.
¿Para esto querías que confiara en ti?
¿Para que me doliera tu rechazo?

Mi dolor no deja de existir sólo porque tú no hayas querido causarlo.
Lo causaste lo hayas querido o no, y es por eso que esperaba alguna señal de que lo entendiste.
De que entendiste que me heriste.
¿Esperas que me olvide?

Aquí trazo la línea.
Pero que conste que siempre tuve refugio para asilarte.
Sólo que tú te negaste cada día.







Todas estas sonrisas nuevas que me saben distinto.
Dedícamelas todas.
Fírmame las comisuras a besos.
Mírame sin descaro mientras desfilo enfrente tuyo.
Respírame cerca, como te gusta.
Mantenme pegada a tu cuerpo.
Quiero ver qué vas a hacer ahora.

Me encanta cuando estás contento.




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