04 abril, 2017

Desaparece.


E inmediatamente después de cada micro-momento de felicidad que tengo, me llega esa puntada.
Se me encoge el cuerpo, se me enfrían las manos, me palpitan las orejas.
Ayer hablaba con ella y le contaba acerca de mis tesoros, el amor que me recordaban.
Pero esto nunca.
Nunca había sentido este amor.
Y es lo peor.
Me está arruinando la vida.

Por favor, alguien deshaga todo esto, no quiero conocerte.
Retrocede de mi cabeza, ni un paso más.
Si no te vas, voy a echarte a patadas.
Voy a pisar cada pedazo de tu corazón hasta que sólo sientas decepción cuando pienses en mí.
Ya comencé, puedo hacerlo mejor aún.
No me basta este pedazo.
Te necesito entero para seguir viviendo en paz.

El dolor es bueno, pero no esta clase de dolor.
No puedo pasar días y días así.
Necesito que desaparezcas de mi cabeza.


No puedo creer que estoy en esta situación.





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