05 noviembre, 2017
Cachetada.
Necesitaba esta cachetada.
El balde de agua fría.
Lo estaba esperando desde hace semanas.
Cuando no hablo contigo siento que es porque me estoy escondiendo de mí misma.
Hay algo que sé que está mal y en lo que tengo influencia de cambio, pero me niego a reconocer su existencia y mi responsabilidad sobre el tema por ser feliz unos días más.
Pero no puedo esconderme para siempre.
Entonces, cuando me encuentras, me escuchas pacientemente mientras te muestro cómo todo sigue exactamente igual, sabiendo en realidad qué es lo que está pasando.
Me escuchas, me dices todo lo que ya sabes que sé, me levantas y me mandas de vuelta.
Me conoces tan bien.
Sabes que no puedo esconderme para siempre.
Me diste el plazo más largo que me hayas dado jamás.
Me diste meses y meses y meses.
Me tienes tanta paciencia.
Pero ya entendí.
Se acabó el plazo.
Llegó la cachetada.
Me voy a lanzar al agua.
22 octubre, 2017
Irreversible.
Foteini Zaglara |
Freno.
Recojo.
Se está volviendo un círculo vicioso.
Con toda honestidad no sé qué hacer.
Quisiera saber si estoy haciendo bien las cosas.
Escucharme decirme a mí misma.
Tranquila, es como debe ser.
Pero si no es así, voy corriendo espectacularmente derecho hacia la perdición.
Tanto ya ha quedado atrás, que esto se ha vuelto irreversible.
Tantas veces me cuestioné si tenerte y disponerte era lo mejor.
Y nunca conseguí una respuesta clara.
Aún no la tengo.
Dispongo de esto, de ti; pero, ¿a qué costo?
Cada día me conozco menos.
Me deslizo en esta versión de mí misma que te entrega cosas voluntariamente todos los días.
Esperando.
Es... lo sé, pero no sé cómo parar.
El tiempo pasa y pasa y pasa de largo.
Y yo no hago nada.
Sigo esperando.
Es... ya sé, pero... cómo parar.
No sé en qué momento cruzamos el puente, pero definitivamente sé que ya se quemó.
Ojalá las cosas cambiasen.
Sí, me escucho.
No sé qué está pasando.
30 septiembre, 2017
Inflexión.
Las cosas escalan lentamente.
Poco a poco.
Cambian, no tan rápido como para resultar impactante ni tan sutilmente como para pasar desapercibido.
No para mí, por lo menos.
¿Qué es lo que pasa por tu cabeza la mayoría del tiempo?
Yo sólo pienso en una cosa.
Ven acá.
Te quiero a distancia de susurros siempre.
A distancia de cariños en el pelo.
A distancia de besos en el cuello.
A distancia de latidos en mi oído.
A distancia de dormir al lado mío.
Llegó el momento.
Saltar o morir.
¿Cara o sello?
Ven acá.
No te vayas aún.
Quédate acá conmigo.
30 agosto, 2017
Envuélveme.
Evija |
Acá, bajo tus brazos y envuelta en tu calor.
Acá puedo dormir.
Entre tu cuerpo y la pared.
De acá no me voy a caer.
Burbujas se filtran en mi pelo.
Y me sumerjo profundo en el calor.
Mi corazón late frenético bajo el agua.
Con cada latido me empuja más hondo.
Donde agua se cuela a través de mi piel, llena mi boca, mi garganta, mi cabeza.
Mi corazón frenético.
Y luego, calla.
Ya no soy nadie.
Te escucho latir a lo lejos.
Años, años y más años...
Tus manos me cubren.
Esto es todo.
Todo lo que necesito para sanarme.
El resto lo puedo hacer yo.
Dame un par de días más.
Un par de semanas.
Envuélveme siempre que puedas.
Duermo en paz.
Acá duermo en paz.
24 agosto, 2017
Duerme.
Brandon Moreno |
Siento que no duermo hace años.
Mi pecho tirita helado todo el día.
¿Por qué no ha muerto esta angustia aún?
Duerme.
Duerme.
Duerme.
Si sigo así, voy a caer.
Mis sienes palpitan todo el día.
Tengo un vacío enorme entre mis costillas.
Siento que podría hundir mi mano hasta el otro lado.
No sé si decirlo en voz alta por primera vez sea lo que resuelva esto, pero he de intentarlo.
Ya va demasiado tiempo.
Necesito dormir.
Ya me veo sosteniendo uno en cada mano.
Era de esperarse, ¿no?
Necesito dormir.
16 agosto, 2017
Rosario.
Cada día acumulo una más.
La agrego a la lista.
Para convencerme de que hago lo correcto.
De que va a ser mejor después.
Para que cuando no entienda por qué decidí sabotear todo, me lo recuerde a mí misma.
¿Te acuerdas?
¿Te acuerdas de cuando dijo esto?
¿Te acuerdas de cuando hizo eso?
Sí, me acuerdo. Fue fatal.
Cada día voy agregando una cuenta a este rosario.
Para no olvidarme.
No puedo ser esa.
Esa que te dice que no entiende cómo le das otra oportunidad al que te pisó por años pero no es capaz de desligarse del que la manipula por meses.
Escúchate.
Tienes la razón.
No puedo ser esa.
No puedo ser esa.
Te necesito tanto ahora, querida.
Ya no tengo casi nada.
Esto es aislamiento.
Me lo advirtieron y resultó ser verdad.
Lo logró.
Por favor no me lo hagas difícil.
¿No ves lo que tengo en mis manos?
Ya cumplí mi tarea.
Es hora de seguir.
31 julio, 2017
Acepto.
Lo único que he podido pensar en estos últimos días es que he estado desgastándome.
E invirtiendo tiempo y esfuerzo en que no se note.
Qué manera de perder tiempo.
Puedo ver con claridad ahora cómo fue que pasaron todas las cosas que pasaron sin que se me revuelva el estómago; puedo pensar en una manera coherente y digna de responder.
Todo lo que veo se ve tan surreal.
¿Cómo puede ser todo tan distinto y estar pasando al mismo tiempo?
Me siento mucho más normal ahora.
Este identificador que me volvía "especial" se lo he encontrado a mucha gente más y no me hace sentir mal en absoluto, me recuerda que no estoy sola.
Este último tiempo intenté recortarlo y pulirlo para que se parezca más al tuyo, pero ahora me doy cuenta de que eso no sólo era inútil y ridículo, sino denigrante y malagradecido.
Acepto lo que soy y lo que no soy en este momento.
No sólo no somos lo mismo, sino que no vamos juntos y puedo vivir con ello.
Lo que no puedo hacer es mantenerte tan cerca mío.
Y lo lamento en el alma, pero es así.
Tengo que pensar en cómo dejarte ir por tu lado.
05 julio, 2017
Fuera.
Me levanto y tengo esto.
Voy a clases y tengo esto.
Vuelvo a casa y tengo esto.
Me acuesto y tengo esto.
Me di tiempo para decantar todo esto y creo que después de casi un mes aún no saco nada en limpio.
Llorando en la calle mientras lo hablo con ella por teléfono.
Sólo termino pensando en que si sigo pensando mucho probablemente corte lazo con ambos.
Qué decepcionante es darte cuenta de que no sólo aportas más que otra persona todos los días en la relación que mantienen, sino que esa persona es plenamente consciente de ello y le da exactamente igual que lo hagas.
Es bien como la mierda preguntarte constantemente si a una persona le gusta abrir tus puntos sólo para ver cómo sangras de nuevo o simplemente es manipuladora.
Puedo decirte con toda seguridad que mi vida es cinco veces más inestable después de ti que antes de ti.
¿Es eso es algo que te podría dar orgullo?
No sé que más decirles ni pensarles.
Sólo una frase marcada en mi cerebro se repite todo el día.
En sus marcas, listos...
07 junio, 2017
Patética.
En días como este me siento atrapada en mi propio cuerpo.
Manos atadas por la espalda y una cinta en la boca.
Tengo tanto que podría darte, tanto que te caería como anillo al dedo.
Me hace odiarme a mí misma.
Por no ser suficiente.
Cada día compites contigo misma por quién hace más el ridículo.
Eres patética.
03 junio, 2017
Desangro.
Y por debajo de todas estas capas y capas y capas de ropa que puse sobre esta espina.
Finalmente atravesó todo a su paso hoy día, de todos los días.
¿Realmente crees que no se nota?
Puedo ver a través de todos tus gestos y mímicas.
No puedo evitar encogerme débilmente y estas estúpidas miradas al piso cuando pasan cosas así.
¡Qué reacción más increíblemente infantil!
Hoy me doy vergüenza.
Hoy me arde la cara.
Hoy día me grita el pecho.
No puedo evitar mirarme al espejo y decirme.
¿Quién eres en estos momentos?
No te reconozco.
Porque es cierto.
No me reconozco.
Me digo a mí misma que no, pero es cierto: me sigo desangrando.
Lo dije porque sentí que valía la pena arriesgarse.
Aún lo siento.
Siento que vales la pena.
Y ahora siento ganas de decirlo todos los días.
¡Pero no puedo pronunciar estas palabras!
Qué maldad.
Qué maldad es verte más que como una persona.
24 mayo, 2017
Vibrando.
Estoy soñando todas las noches.
Sueño anidando a tus pies, vibrando, latiendo.
Cierro mis ojos y te imagino envolviéndome.
Me encanta respirarte y mantenerte dentro mío.
Guardarte y soltarte de poquito a poquito.
Quiero tenerte cerca todo el día, todos los días.
Quiero repasar tus orillas con apenas mis yemas heladas.
Quiero guardar cada sonrisa y cada carcajada,
cada brillo en los ojos y cada abrazo de espaldas.
Hacerte cosquillas rozándote con mis labios encima.
Pestañearte en las mejillas hasta que te rías.
Quiero que me lluevas encima.
Quiero que cuentes mis lunares.
Quiero que te sacudan mis latidos.
Quiero poner tu boca en mi boca.
No me despiertes jamás.
Desenchúfame lentamente.
30 abril, 2017
Absoluto.
Michelle De Rose |
Y desde entonces siento que brillo de nuevo.
Más lustrosa que nunca y sin esfuerzo alguno.
Este humo comienza a despegarse de mi piel, me despojo de estas ropas y aromas.
Ya no los necesito, puedes llevártelos sin reprocharme por haber caído de nuevo.
Todo es tal como debe ser.
Todo deja de correr.
Pero tú te apagas.
Cada día menos luz en tu cara, menos calor, menos todo.
Quise abrazarte, cobijarte y reunir tus pedazos, pero ya no quedaba más empatía en mi cuerpo.
La había agotado y me ví tentándote pasivo-agresivamente todos los días simplemente por el afán de recibir alguna respuesta tuya.
Cualquier cosa, en absoluto.
Pero no me diste nada.
Nada en absoluto.
Escucha y créeme cuando te digo: no voy a seguir intentándolo.
Y no voy a rondarte esperando que llegue el momento.
¿Para esto querías que confiara en ti?
¿Para que me doliera tu rechazo?
Mi dolor no deja de existir sólo porque tú no hayas querido causarlo.
Lo causaste lo hayas querido o no, y es por eso que esperaba alguna señal de que lo entendiste.
De que entendiste que me heriste.
¿Esperas que me olvide?
Aquí trazo la línea.
Pero que conste que siempre tuve refugio para asilarte.
Sólo que tú te negaste cada día.
Todas estas sonrisas nuevas que me saben distinto.
Dedícamelas todas.
Fírmame las comisuras a besos.
Mírame sin descaro mientras desfilo enfrente tuyo.
Respírame cerca, como te gusta.
Mantenme pegada a tu cuerpo.
Quiero ver qué vas a hacer ahora.
Me encanta cuando estás contento.
08 abril, 2017
Respira.
Y debo decir, que después de tres días, siete cigarrillos y un poco de chocolate, me siento mejor.
Estoy orgullosa de lo que hice y de haber decidido enfrentar esto.
Necesitaba hacerlo y crecer un poco.
Esa misma noche ya sólo me acordaba de dos de las cosas que me había dicho, pero ahora, ya sólo recuerdo una.
No me decepcionó escucharlo salir de su boca porque ya sabía y estaba preparada para la respuesta, pero sí me decepcionó un poco cómo decidió aleccionarme sobre de mi selección de palabras dos días antes, en ese mismo momento.
Mmm...
Disculpa si te hice sentir una quinceava parte de lo que estaba sintiendo.
La ventana que abrí para explicarme mientras mi casa se caía a pedazos era sólo una parte de lo que tenía para decir, pero era más que suficiente para arreglar nuestros ánimos.
No sé si en algún momento te diste cuenta o te diste el tiempo para entenderlo.
Después o mucho después; o nunca, quizás.
Perdí mi gran, gran, gran racha, pero todo va a estar mejor.
Hice algo increíble, pero no se nota.
El mundo sigue girando como siempre.
Sólo necesitaba respirar profundo.
04 abril, 2017
Desaparece.
E inmediatamente después de cada micro-momento de felicidad que tengo, me llega esa puntada.
Se me encoge el cuerpo, se me enfrían las manos, me palpitan las orejas.
Ayer hablaba con ella y le contaba acerca de mis tesoros, el amor que me recordaban.
Pero esto nunca.
Nunca había sentido este amor.
Y es lo peor.
Me está arruinando la vida.
Por favor, alguien deshaga todo esto, no quiero conocerte.
Retrocede de mi cabeza, ni un paso más.
Si no te vas, voy a echarte a patadas.
Voy a pisar cada pedazo de tu corazón hasta que sólo sientas decepción cuando pienses en mí.
Ya comencé, puedo hacerlo mejor aún.
No me basta este pedazo.
Te necesito entero para seguir viviendo en paz.
El dolor es bueno, pero no esta clase de dolor.
No puedo pasar días y días así.
Necesito que desaparezcas de mi cabeza.
No puedo creer que estoy en esta situación.
30 marzo, 2017
Tiroteo.
Y en este momento, me miran otros ojos.
Abiertos, brillosos y ansiosos por respuestas.
Desenfunda y empieza.
Sabes bien que no te estoy creyendo nada, pero sigues hablando de todas maneras.
No tenemos piso firme sobre el cual asentar lo demás porque tengo la sensación de que crees que has invertido mucho en mí a pesar de que me mantengo escéptica.
Y eres capaz de hacer todo este análisis con el raciocinio y concentración que demanda pero no llegas a unir los puntos más importantes.
Acá estoy parada, la reacia, esquiva, arisca, brusca, cambiante e insoportable, recibiendo todas y cada una de tus balas.
Dispárame en la mitad del pecho, donde sabes que quieres hacerlo.
Puedo con esto y también lo sabes.
Cuando termines, comenzaré yo; municiones no me faltan.
Algunos días me siento mal por hacerte la vida difícil, por ser así de insoportable.
Pero hoy no.
En qué universo vives, dímelo, para poder entenderte.
No entiendo cómo no eres capaz de ver algo que te está aplaudiendo en la cara.
No, no me concedas esta sutileza que sé que no me pertenece.
He sido un libro abierto por meses y aún no aprendes a leerme.
Y para reventar, me encuentro a mí misma mirando estas fotos y buscándola por doquier.
Paro en alto y pienso qué mierda estoy haciendo.
Quién eres en estos momentos.
¡Esta farsa tiene que terminar de una vez!
Todo mi silencio fue intercambiado por un goteo interminable de cuchicheos y apuñaladas.
¿No se cansan de las miradas compasivas y las sonrisas empáticas?
Métanse sus disculpas por donde salieron y no vuelvan a hablarme.
Hoy mi mano está hecha un revólver.
19 marzo, 2017
Apágame.
No me pidas que te diga todo, me vas quebrar.
No me apretes tan fuerte, me vas a romper.
No me hagas confesarme, lo voy a hacer.
No me voy a poder apagar.
Esta cara inexpresiva que ves es el equilibrio que logré entre toda la mierda y es lo mejor que pude lograr dadas las circunstancias.
Me es más fácil tratarte mal que actuar normal y luego desarmarme encima tuyo como una niña.
Estoy haciendo lo mejor que puedo.
No me empujes.
Días y días martirizándome a mí misma por no poder ser recíproca, por ser lo único que impide hacer una línea entre este punto y el punto en el que todo está en equilibrio.
Hasta que me detuvieron de un empujón.
Me siento violentada cuando me obligan a compartir y menosprecian mi afecto porque no va acompañado de confidencias.
No estoy diciendo nada nuevo.
Quizás debieras reconsiderar la forma en la que hemos estado hablando todo este tiempo y pensar de qué te va a servir ser así conmigo.
¿Sabes qué es lo que pienso?
¿Por qué está interesado en obtener mi confianza tan rápido?
Ni siquiera confío en mi papá; qué es lo que esperas de mí, honestamente.
Hace poco di mi confianza y se fue directo a la basura; qué es lo que esperas de mí, honestamente.
¿Sabes qué es lo que pienso?
Te vas a ir de todas maneras.
Así que qué más da si te la doy o no.
Mejor para mí si no te la doy.
Cuando tengo tus ojos encima ninguno de mis pensamientos es privado.
Así que no pienso nada.
Tardé mucho tiempo en definir qué es lo que estoy sintiendo en estos momentos.
Meses, en realidad.
Pero creo que al fin llegué a la conclusión que necesitaba: tengo mucha rabia.
No debiste haber aparecido.
No debiste haberme hablado.
No debiste haberme contado cosas de ti.
No debiste haberme acogido.
Y no debí haberte dejado.
Nada de esto debió haber pasado.
Pero no: no puedo lamentarme genuinamente el haberte conocido.
Especialmente cuando tengo la certeza de que hiciste mi vida más brillante.
¿Cómo esperas que te cuente todo lo que mi cabeza está pensando, si estoy intentando mantener distancia contigo para no hundirme más en la locura?
Entiéndeme: no puedo dejarte pasar, ya estás viviendo aquí.
Tienes mis sonrisas en tu mano y en este momento, tu mano está hecha un puño.
Anidaste en mi vida sin mi permiso, te metiste entre costilla y costilla.
Y ahora, si respiro profundo siento que me rasguñas.
Me estás destruyendo, pero te necesito.
Esto es tortura, haz que termine.
Apágame de un mazazo.
Dos, tres.
Apágame.
Apágame.
11 marzo, 2017
Buscando.
-Mira, acá atrás hay uno como el que te digo -me dijo al oído.
Y de pronto, me doy vuelta y te veo ahí parado; vestido de rojo, con el mismo pelo de siempre, un poco de barba en la cara, una cerveza en la mano y la mirada hacia otro lado.
Pero cuando me paré vi por el rabillo del ojo que me estabas mirando, así que con disimulo giré mi cabeza para mirarte, sólo para encontrar que habías volteado de nuevo.
Pasó el tiempo y decidí que no eras tú, no podías serlo, por lo que cuando me fui volví a buscarte para confirmarlo, dándome cuenta de que en realidad sí eras tú.
Y me he encontrado a mí misma buscándote todo el día, por toda la ciudad, en todas partes.
A ver si te encuentro...
A ver si te encuentro...
Deja de esconderte.
Aquí vengo por ti.
Distráeme...
Te ví y vi la misma sonrisa que me hacía sonreír y pensarte.
Pero las cosas no fueron así.
Y ahora esto.
Esto es inesperado.
Pensaba que ya se iba a haber disipado, pero no he logrado borrarte de mi disco duro; clavaste tus uñas en mi memoria y no vas a darme tregua alguna.
Un día recién, y qué va de mi conciencia y concentración.
Sigo lamentándome como una niña malcriada porque no te tengo conmigo y no te tendré tampoco sin importar cuánto siga llorándole al aire.
Me encanta sentir tus ojos encima mío.
Mírame todo el día.
Y toda la noche.
Más aún, no puedo dejar de pensar en lo desdichada que es la situación humana.
Buscando conexiones profundas con gente que no quiere involucrarse con uno y a la vez lamentándose por no querer romper el corazón de personas con claro interés en nosotros.
Pasa diaria y permanentemente, inevitable e irónico.
No lo entiendo.
No nos entiendo.
17 enero, 2017
Contacto.
Cómo pueden ser malinterpretadas las cosas...
Es lo que pasa cuando no tienes contacto directo y constante con alguien.
Olvidas su humor, sus expresiones, su forma de hablar.
Y asumes lo peor.
Eso es lo que te está pasando, amor, porque no estás acá conmigo ni yo allá contigo.
No te vayas a confundir ahora, que por fin logré algún sentido del equilibrio por aquí y por allá: No todo el universo gira alrededor de lo que te digo y de lo que no te digo.
No vayas elucubrando historias y emociones que no han ocurrido ni he sentido, porque, a decirte la verdad, no he sentido nada hacia ti desde que decidimos dejar todo en nada.
Y de nuevo, sentir nada no es algo negativo, simplemente no te estoy pensando en estos momentos, y eso es sano, después de todo.
Espero que reconsideres los últimos días y no me califiques bajo la misma etiqueta de inmadurez con la que tildamos todos juntos los eventos de Agosto.
Pero si no lo haces, no sé que más podrías esperar de mí, realmente.
Ni siquiera había levantado la vista, pero sabía con toda certeza que era ella quien se me acercaba.
Por el rabillo de mi ojo vi que estaba a tres pasos de mí así que guardé mi celular y levanté los ojos.
Venía encantadísima, sonrisa de oreja a oreja, ojos brillosos y los brazos abiertos.
Imité su gesto y me agaché para poder abrazarla como se merecía.
Me apretó con fuerza, fuerza que no me esperaba para alguien de su edad, repitiendo una y otra vez "Oh, qué bueno verte, qué bueno verte".
Me sorprendí realmente hasta mi núcleo a pesar de que él me había advertido que ella me recordaba con especial cariño pero que probablemente no me reconocería si me viera por la calle.
Y luego, lo dijo ella misma.
- Yo los quiero a todos, que lo acompañaron, a todos; pero a ti, cariño, te quiero mucho más, te recuerdo con mucho cariño.
Me quedé con la boca abierta de nuevo, a pesar de que probablemente no debía ser así. Después de todo estuve con él el tiempo más largo que he estado con cualquiera.
Por fin despabilé para responderle.
- Yo también la recuerdo con mucho afecto, se ve idéntica - realmente se veía idéntica, ninguna arruga más, igualísima.
-Oh no, linda, qué amable eres pero de ninguna manera - me respondió entre risas.
Nos comenzamos a despedir y con un gesto muy lento mientras hablaba recolectó la mano de él y la mantuvo en alto, luego la mía, y las posó juntas, con una sonrisa flamante en la cara.
Él se puso rojísimo y riéndose sin parar repitió:
-Nos vemos, abuela.
Separó su mano rápidamente de la mía y nos fuimos caminando.
08 enero, 2017
Deshago.
Siento que cuando llegamos acá nos empezamos a odiar.
Me das razones para odiarte todos los días y yo te doy razones para odiarme todos los días.
A veces real y genuinamente siento que te odio.
Me dan ganas de arrancarme el pelo.
Dices algo y te quedo mirando a ver si vas a hacer alguna corrección a la estupidez que me acabas de decir, pero nada sale de tu boca; es efectivamente lo que querías decir.
Me cuesta mucho alinear nuestros corazones al mismo compás con el que solemos later.
Y tú.
Sigo soñando despierta.
Siento que ya no sé nada.
Quiero escribir esto hace días pero ni siquiera sé qué es lo que quiero escribir.
Sigo esperando que mi cabeza se ordene, pero no lo logro.
Toda mi conducta se basa sobre un castillo de respuestas imaginarias a preguntas imaginarias que te hice y respondiste, una tras otra, ninguna pronunciada en voz alta.
Siento que he desarrollado una dependencia que va en contra de toda mi personalidad.
Ni siquiera sé cómo apareció.
Un día desperté y ahí estaba.
Ya no se deshace y siento que crece con cada día que pasa, crece y crece como un tumor, consumiendo todo a su paso, tragándose todo lo que he construido estos años, todos los cerrojos, puertas y paredes a su paso.
Me deshago todos los días.
Me deshago y no te enteras.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)